Un estudio apunta que la explicación puede estar en un compuesto del propio vino.
No es nada nuevo que consumir bebidas alcohólicas provoque dolor de cabeza de manera más o menos intensa, en función de la cantidad de alcohol que se haya tomado. Sin embargo, la bebida alcohólica que es más proclive a causarnos este dolor es el vino rosado. Hasta ahora, los expertos no han logrado ponerse de acuerdo respecto a qué hace que esta variante del vino sea más dañina que otras bebidas alcohólicas.
La nueva hipótesis que plantea la revista Scientific Report es que el vino rosado contiene en sí mismo un compuesto que dificulta para el organismo la ingesta del alcohol. El estudio apunta a que la quercetina, un flavonol (fitonutriente que se encuentra en muchas frutas y verduras, como por ejemplo, en la piel de la uva blanca) del vino rosado, podría ser la responsable de inhibir la función de la ALDH. La ALDH o aldehído-deshidrogenasa es la enzima encargada de metabolizar los componentes del alcohol que consumimos.
Gran parte de las personas no tienen problema en metabolizar (es decir, que su organismo asimile un nutriente) el alcohol, siempre que sea en cantidades moderados. No obstante, algunas poblaciones de Asia Oriental tienen menos tolerancia al alcohol por una mutación en este gen ALDH, ya que carecen de la suficiente enzima para metabolizar correctamente las bebidas alcohólicas en su cuerpo. Esta dificultad en la metabolización hace que el efecto de las bebidas espirituosas se multiplique y que sientan mayores náuseas, dolores de cabeza y enrojecimiento facial.
Este descubrimiento no es excluyente de otros motivos que hacen que el vino, ya sea rosado, blanco o tinto, nos cause dolor de cabeza. El alcohol inherente en esta bebida es un vasodilatador; por tanto, actúa ensanchando los vasos sanguíneos y permitiendo que aumente el flujo sanguíneo. Este incremento de la circulación sanguínea al cerebro puede causar presión en los vasos sanguíneos y, en consecuencia, dolores de cabeza.
Beneficios del vino
España es un país de vinos. Con más de 980.000 hectáreas cultivadas, es el país con más viñedos del mundo. Rioja, Ribera del Duero, Verdejo, Moscatel… todos ellos son un símbolo de identidad española. Por ello, son muchos los profesionales de la salud y los enólogos que han estudiado los beneficios para la salud que tiene el vino, especialmente, el tinto.
Si se toma con moderación, el vino tinto puede ayudar contra enfermedades cardiovasculares, aterosclerosis, hipertensión, ciertos tipo de cáncer, diabetes tipo 2, trastornos neurológicos y el síndrome metabólico.
Concretamente, respecto a los beneficios al corazón, la Clínica Mayo sostiene que puede ayudar a aumentar el colesterol de las lipoproteínas de alta densidad (HDL o lo que se conoce popularmente como el “colesterol bueno”), reducir la formación de coágulos sanguíneos, prevenir el daño arterial causado por los altos niveles de colesterol de las lipoproteínas de baja densidad (LDL o “colesterol malo”) y mejorar la función de la capa de células que recubren los vasos sanguíneos.